Sinopsis: Cuando llega la Navidad de 1909, los integrantes de la revista Dreaming Spires
se han dispersado. Cae la nieve en los tejados de Oxford, pero los
ánimos distan mucho de ser alegres, y los problemas no han hecho más
que empezar. Chloë, la hija de Oliver, es secuestrada en Nochebuena, y
la señorita Stirling acude a Lionel, huyendo de unos hombres que
intentan asesinarla: ha llegado el momento de ponerse en marcha.
Nuestros
héroes emprenden una aventura que primero los llevará al París de
principios de siglo y luego hasta la ciudad balneario de Karlovy Vary
en Bohemia. Pero hay más: el viaje los obligará también a cruzar las
fronteras del tiempo. Entre 1909 y 1524,ente amenazas del presente y
espíritus del pasado, Alexander, Lionel y Oliver tendrán que enfrentarse
a la resolución de un último misterio. En ello se juegan mucho más que
el prestigio de su revista: es su vida la que cuelga de un hilo, y
falta poco para que se rompa...
Estaba deseando que este libro llegara a mis manos desde que terminé de leer el anterior, Contra la fuerza del viento, hace ya un año. Cuando lo empecé, no pude dejar de leer hasta llegar al final y sin embargo, no quería que acabase.
Quiero saber cómo acaba, pero no quiero que termine |
Esta última parte de la trilogía del Dreaming Spires se puede definir en una sola palabra: maravilloso. Me he reencontrado con personajes a los que ya considero viejos amigos, para poder vivir una última aventura con ellos; y he conocido personajes nuevos, tan bien construidos y tan sólidos como los que ya llevan tres aventuras acompañándonos.
Creo que Victoria tiene un don: el don de transportarnos a otros lugares a través de sus palabras y de sus personajes. Gracias a ella he visitado París, Estambul y Karlovy Vary; y prácticamente he podido sentir como paseaba por sus calles como lo hacen los personajes de la novela.
Cuando leo, el resto del mundo deja de existir |
La trama de este libro es totalmente adictiva. Es como si la autora nos tendiera el extremo de un ovillo de lana en el prólogo, y nosotros fuéramos siguiéndolo y desenredándolo hasta llegar al otro extremo en la última página. No encontramos ningún momento superflúo o que no aporte algo a la trama, todo esta interconectado entre sí.
Me han encantado los pequeños guiños que Victoria les hace a sus libros anteriores: Las Eternas y Hojas de Dedalera, son como un pequeño caramelito para sus lectores.
Y llegado el final, solo puedo decir que he disfrutado tanto con esta saga que al volver la última página del
libro me sentí como si les estuviera diciendo adiós a unos de mis
mejores amigos.
Nunca me han gustado las despedidas |
Gracias, Victoria. Gracias por darnos a Lionel, Alexander y Oliver; por la Señorita Stirling, por Veronica. Gracias por compartirlos a todos con nosotros.
Puntuación: 10/10